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Los observadores internacionales presentes en el juicio en contra del Grupo de Gdeim Izik, que tiene lugar en el Tribunal de Apelación de Salé, Marruecos, han manifestado su preocupación por la falta de pruebas de un juicio justo y condenado el uso de pruebas obtenidas mediante tortura, por lo que alertan que “el juicio contra el grupo de Gdeim Izik es por razones de persecución política, y no de aplicación de la justicia”.

Según estos observadores, “el gobierno marroquí está juzgando de nuevo a los conocidos activistas de derechos humanos saharauis, detenidos después de que las fuerzas públicas marroquíes desmantelaran a la fuerza, en la madrugada del 8 de noviembre del 2010, el campamento de protesta pacífica, compuestos por mujeres, niños, ancianos y hombres. Después de más de seis años de prisión y tortura, los activistas son acusados de formar una banda criminal y violencia contra funcionarios públicos en cumplimiento del deber”.

El Intergrupo del Sáhara Occidental del Parlamento Europeo en un acto de solidaridad con los presos saharauis de Gdeim Izik

Según varios informes internacionales, los acusados fueron obligados a firmar completamente exhaustos, asustados y bajo tortura, u obligados a poner sus huellas dactilares en las declaraciones, por lo que afirman que todos los documentos son parte de un “caso fabricado” en contra de ellos.

Los observadores informan también de que en el conjunto de pruebas presentadas por el fiscal de la corte había una filmación, supuestamente mostraba los acontecimientos de cuando las fuerzas marroquíes desmantelaron el campamento de Gdeim Izik, pero que esa filmación no está en la lista de pruebas, pero fue proyectada en la sesión del tribunal, y tanto la acusación como la parte civil basaron su interrogatorio a los acusados en esta película. El mismo video fue publicado en YouTube por una fuente no oficial el 13 de marzo durante el juicio.