El convenio franco-español de 1912 es generalmente conocido por haber sellado el reparto de Marruecos entre España y Francia, poniendo fin a una carrera por asegurarse una esfera de influencia en los estratégicos dominios del sultán que había involucrado también a Inglaterra, Alemania e Italia. Pero, además, en las negociaciones que tuvieron lugar entre España y Francia para establecer los límites de la parte de Marruecos que la parte francesa debía ceder al Gobierno español en cumplimiento del artículo 5º del acuerdo franco-británico firmado en 1904, tuvieron una gran importancia para el Sáhara pues fijaron el límite septentrional de las posesiones españolas en el este área del África occidental en el río Dráa o Nun.
En esta nueva negociación, Francia aprovecha el debilitamiento de España en el escenario internacional para privar a su contrincante de la zona del sur de Marruecos que le había concedido en el tratado de 1904 y que debía incluir el territorio que se extendía al norte del río Dráa hasta el río Mesa y que se suponía iba a constituir otra zona de influencia española o zona Sur del protectorado de Marruecos.