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Con este acuerdo, Francia e Inglaterra llegan a un acuerdo de reparto colonial crucial para el norte de África: Francia renuncia a sus pretensiones sobre Egipto a cambio de que Inglaterra acepte la preponderancia gala sobre Marruecos. En el artículo 5º del tratado ambas potencias reconocen a España la plena libertad de acción sobre la región comprendida entre los 26º y 20º 46´de latitud norte y el meridiano 11º oeste de París.

El territorio concedido a España por este tratado completaba los límites del Sáhara español o Río de Oro establecidos por el acuerdo franco-español de 1900.España puede ampliar hacia el norte los límites de sus posesiones hasta entonces fijados a la altura del Cabo Bajador, incluyendo el país de los Tekna o Tarfaya donde se había establecido la factoría del escocés Donald Mackenzie que ya había abandonado su proyecto en 1898..

Además, esta ampliación incluye un área de protectorado en el sur de Marruecos que comprendía el norte del Dráa hasta el río Mesa que establecía una continuidad con el territorio español de Ifni que Marruecos había cedido a España en virtud de los acuerdos firmados tras la guerra de 1860.

En su artículo 8º, este convenio encomienda a Francia a llegar a un acuerdo con el Gobierno español con el fin de concederle a España una esfera de influencia en Marruecos en la zona costera mediterránea adyacente a Ceuta y Melilla.